La tecnología ha cambiado radicalmente nuestras
vidas. Nuestra generación creció con ella, y ha vivido a pasos agigantados el
poder de esta enorme revolución. Yo no podría imaginar mi vida sin luz, sin
teléfono, sin celular, mucho menos sin Internet; y es que el privilegio que te
ofrece ser parte de la sociedad de alta tecnología es una experiencia única.
La realidad es que toda mi vida ha cambiado con la
tecnología y sus constantes avances. Las relaciones interpersonales han
cambiado, las redes sociales me han acercado de muchas personas, pero también
es cierto que me han alejado de otras.
La forma de investigar ha cambiado, si bien aún sigo
utilizando los libros y en la red intento buscar en revistas especializadas, no
concibo la idea de ir a la papelería y preguntarle al señor ¿tiene la
monografía de la sociedad de alta tecnología? Como cuando de niña iba a
preguntar por cualquier otra cosa. Las Enciclopedias que todavía guardo en mi
biblioteca, no me alcanzan para describir lo que ahora tengo al alcance de mi
mano con tan sólo un clic.
Pienso que la sociedad de alta tecnología es un
proceso que si bien ya comenzó, aún tiene mucho camino por recorrer y a pesar
de los aspectos negativos de ella debemos rescatar los positivos y encaminar
los progresos a la mejora de la vida diaria y del bien común.
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